martes, 15 de febrero de 2011

La Yaca el fruto que está sacando del atraso a los campesinos de la costa de San Blas, Nayarit

La Yaca es deliciosa

Como les comenté el otro día, cuando viajamos de Armería a Manzanillo, paramos a comprar fruta y tepache de yaca,
 que es una fruta que se está volviendo popular en
 la región.

Originalmente proviene de allende el océano pacífico,
 de Malasia y Polinesia, en donde es uno de los principales
 alimentos de la población, y cuando nace un niño,
siembran
 un árbol de éstos para que creza junto con él.

Este árbol llega a medir 20 metros de altura, y
 las frutas a pesar 20 kilogramos.

Entre sus numerosas denominaciones, se le conoce
como  Árbol de Pan.

Acá en México llegó al estado de Nayarit, en donde su
 cultivo ha tenido un auge insospechado.  Con el fruto
se pueden elaborar dulces, helados, panes y, por supuesto,
ponche y agua de sabor.

Como dato curioso, el aroma y sabor de la yaca es parecido al
 de la bebida energizante Monster Energy, aunque en su listado de ingredientes no aparece mencionada pero, al ser éste un producto hecho con "Sabores Naturales", no dudamos que la contenga.

Ahora, el fruto de la yaca de Nayarit es una enorme bola con
 picos pequeños, de hasta 40 centímetros de largo y
entre 8 y 15 kilos de peso, de nombre científico
Artocarpus heterophyllus, que contiene en su
 interior unas como bolsitas amarillas, que rodean
 a las semillas, y que son la parte comestible.
 Las semillas se pueden preparar en cocimiento
 para ayudar a las enfermedades del riñón y el hígado.

El centro de la fruta tiene forma de pera, y expele una goma sumamente pegajosa, por lo que, para partir la fruta, es necesario impregnar el cuchillo y las manos del ue lo hace con aceite de cocina.  De no hacerlo, corres el peligro de convertirte en un atrapamoscas ambulante.

Otra característica que tiene es que su sabor varía de una fruta a otra sin seguir orden alguno, así que puedes tener una muy dulce y otra más ácida.  Una muy sabrosa y otra casi desabrida.

La pulpa, preparada con sal, limón y chile piquín en polvo
 (ají para los de Extranjia) es de lo más delicioso que he probado.
 Y el tepache (curado o fermentado, según le llamen en tu tierra),
es también delicioso.  Es necesario señalar que el alcohol que produce en la fermentación es muy escurridizo, y cuando
crees que ya lo encontraste, se te pierde entre lengua y
 paladar...  Yo me tomé 2 litros del espirituoso brebaje y todavía no encuentro el mentado alcohol.


De hecho, creo que me engañaron y voy a tener que ir por más.

Salú.

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